Con la reapertura del retail, los retailers tuvieron que evaluar el diseño de sus tiendas para cumplir con los nuevos requisitos de seguridad, así como con las expectativas de los consumidores.
Estos esfuerzos iniciales no siempre están en línea con la forma en que una marca normalmente retrata su imagen.
Operar la tienda requiere un nuevo nivel de agilidad que coincida con las demandas actuales y las pautas fluidas de la nueva normalidad.
Las experiencias del cliente y los asociados se han convertido en una interacción cuidadosamente coreografiada donde el POS móvil debe ser parte de una estrategia tecnológica más amplia.